
Subí a la montaña entre castillos y murallas pero no encontré a la persona que buscaba.
Días de sol pero también de vientos del noroeste, días de tormentas con fuertes lluvias que los recuerdos borraron de los que los montes habitaron.
Qué solos se quedaron, sólo un puñado de gente los arropaba.
Para bien o para mal, depende de cada cual.
Historias del ayer, recuerdos para el mañana.
Qué solos se quedaron, sólo un puñado de gente los arropaba.
Para que la historia y el tiempo no los borrara
Texto: Enrique Fernández López