A RúaConcellosÚltima hora

XX aniversario do irmanamento entre A Rúa e Almendralejo (Extremadura)

 

Este mércores 7 de decembro cúmprense 20 anos da sinatura do acordo polo que os municipios da Rúa e Almendralejo (Extremadura) quedaban oficialmente irmanados. Neste artigo, recentemente publicado na revista de feiras de Almendralejo, Agustín César fai un repaso por estas dúas décadas  de irmanamento, dende os inicios ata a acualidade.

Aunque se gestase, por vía deportiva futbolística, casi desde el mismísimo primer encuentro, en el verano de 1996, no sería oficial hasta seis años después. El hermanamiento entre Almendralejo y la villa orensana de A Rúa, en lo más genuino del Valdeorras, se oficializó en diciembre de 2002, con sendos actos protocolarios en el concello de A Rúa, primero, y en el ayuntamiento de Almendralejo, después. La ‘culpa’ la había tenido la concentración de pretemporada que realizó, en la localidad gallega, la primera plantilla de un CF Extremadura recién ascendido, ahí es nada, a la Primera División del Fútbol Español, a la ‘Liga de las Estrellas’, como era conocida la categoría en aquellos tiempos. Incluso un poco antes, cuando el entonces alcalde rués, José Vicente Solarat López, había ofrecido sus instalaciones a sabiendas de que el vetusto estadio Francisco de la Hera tenía que ser demolido en su integridad y el nuevo estadio construido en apenas tres meses, justo lo que tardaría en comenzar la nueva temporada.

De aquellos polvos, el bendito lodo de un hermanamiento que, con sus vicisitudes, sus pros y sus contras, y su gente dispuesta a sumar y la que no lo estaba tanto, se fue consolidando poco a poco, palmo a palmo.

Para no abandonar el tema futbolístico, otro de los hitos importantes en esta historia fue el éxodo masivo de aficionados almendralejense que se desplazaron al estadio de O Couto, en Orense, para el partido entre el titular y el CF Extremadura, que terminó derivando al día siguiente y por la goleada del Logroñés en campo de Las Palmas, en el segundo ascenso azulgrana a la primerísima división. La noche de aquel sábado memorable se dio de cenar a más de 2.000 seguidores extremeños en enormes mesas improvisadas en la calle Doctor Vila y sus aledaños.

 

 

Luego, el Centro de Iniciativas Turísticas de Almendralejo tuvo a bien nombrar al propio Solarat López como ‘Cónsul de Almendralejo’ en sus tradicionales premios anuales. A Rúa respondió nombrando ‘Embajador de A Rúa’ en Almendralejo al periodista Juan Francisco Sánchez, que había iniciado las primeras labores de acercamiento, previas al hermanamiento, secundando la idea de Solarat, que fue el principal precursor.

A Rúa decidió que en su callejero tenía que existir una vía con el nombre de su ciudad hermana y rotuló una pequeña calle, de nueva creación, con el nombre de Almendralejo. Y desde la capital de Tierra de Barros se respondió haciendo lo propio con una gran avenida que une la entrada a la ciudad por la antigua N- 630 con la carretera de Badajoz, donde hoy se ubican el mercadillo de los viernes y todo el nuevo recinto ferial. Desde el Valdeorras se consideró que la gran avenida recién nombrada en la ciudad hermana extremeña era de un rango superior a la pequeña calle nominada. Y se optó por llamar, igualmente, avenida de Almendralejo a una gran vía que se inicia casi en la N-120 (Logroño-Vigo), sólo hay un pequeño tramo de avenida de Quiroga hasta la rotonda, y que acaba en la Rúa do Progreso, la arteria principal de la villa.

La presencia de la Real Banda de Gaitas de la Deputación Provincial de Ourense, en plena romería de San Marcos, resultó ser otro de los hitos del hermanamiento a lo largo de estos 20 años que se cumplen ahora. Y cientos de detalles, anécdotas, vivencias… que se han producido en estas dos décadas. La última visita, tras casi dos años de pandemia en los que siempre A Rúa miró a Almendralejo con sucesivas muestras de respeto, cariño y solidaridad, se produjo en la edición de 2022 de la IBEROVINAC.

Mientras, continúa el camino paso a paso. Total 20 años no es nada, que decía Gardel a golpe de tango.

Texto: Agustín César.

Artigos relacionados

Back to top button