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Lendas con mención no V Concurso de Nadal da ANPA do Colexio Divina Pastora do Barco

Os estudantes de secundaria que lograban estas mencións son: Alberto Vega, Carmen Espinosa, Daniel Vázquez e Sun Ye Yu

Exterior do Colexio Divina Pastora do Barco./ Foto: Mónica G. Bellver.

 

Con motivo do V Concurso de Nadal convocado pola ANPA do Colexio Plurilingüe Divina Pastora do Barco, no Periódico O SIL publicamos os traballos galardoados no mesmo. Así, o certame está dividido en tres partes. En primaria, 1º, 2º e 3º fixeron unha poesía coa axuda dos seus profesores, e 4º, 5º e 6º escribiron lendas dedicadas ao Nadal.

Os traballos que lograban mencións no concurso de secundaria son que se publican a continuación. Mañá publicarase o relato ganador desta edición.

Valdeorras encantada

Na miña vila, O Barco de Valdeorras, hai unha antiga lenda que sempre contan os anciáns.

Na época da guerra civil, vivía na vila un velliño, que no Nadal, a época mais fría do ano, ía ó monte a buscar leña para prende-la cociña.

Unha desas mañás mentres buscaba leña na fraga, oíu renxer a maleza preto do regato. Mirou arredor pero non viu a ninguén.

Camiñou cauteloso ata alí e descubriu no tronco dunha árbore unha portiña. Ao abrila viu asombrado a un pequeno homiño. Era un trasgo, que se asustou moitísimo cando o humano descubriu a súa casa. Tiña un ferida na cabeza, por iso, o home con moito coidado levouno ata a súa vivenda na vila, onde lle fixo a cura cunhas herbas medicinais.

O trasgo, agradecido, quixo devolverlle o favor, e dende aquel día, todas as mañás cando o vello abría a porta tiña diante dela unha morea de leña. Era o trasgo quen lla deixaba para que non tivese que pasar frío por ir a buscala.

Os veciños, que non sabían o que pasaba, pensaban que era cousa de maxia, algo sobrenatural, porque non lle atopaban explicación. Cando o vello lles contou a historia, quedaron marabillados, e cada vez que ían ao bosque miraban con atención na procura do trasgo agradecido. Pero ninguén o viu nunca máis.

Dende entón os veciños sempre din que hai trasgos en Valdeorras e temos que coidar os bosques onde viven, para que eles coiden de nós.

Autor: Alberto Vega Navarrete. 2º de ESO.

 

Aquel genuino deseo

Dice la leyenda que cada 25 de diciembre al anochecer, la luna y el sol se encuentran provocando un gran eclipse, que parece crearse por arte de magia. Pero lo que los habitantes del Barco de Valdeorras no sabían, era que años atrás un grupo de amigos había causado tal hecho sobrenatural.

El pequeño grupo estaba ese mismo 25 de diciembre de hace veinte años cenando juntos con sus respectivas familias, habían quedado después de medianoche en verse junto al rio.

Mientras hablaban y jugaban, el más pequeño del grupo alcanzó a ver en el agua algo que le provocó un gran interés, se acercó más, vio una figura parecida a una nutria, pero no una nutria normal, era de color dorado. El niño no aguanto su curiosidad y llamó a sus amigos.

Decidieron adentrarse en el agua e ir a ver si estaba bien. Al acercarse se dieron cuenta que no se movía, la sacaron y vieron que tenía una gran herida que no le permitía moverse.

Con mucho cuidado empezaron a limpiarle la herida y le pusieron una tela para protegerla, y en ese momento paso algo que nadie se esperaba, la nutria empezó a hablar y les dijo que por la gran ayuda que le estaban dando, les concedería un deseo. Ellos pensaron en un lindo eclipse de luna y el sol para ese día.

Desde esa noche, el día de Navidad esa nutria aparece provocando ese gran atardecer.

Autora: Carmen Espinosa Lozano de 3ºde ESO.

 

La leyenda de la Navidad

Cuenta la leyenda que hace muchísimos años, en las montañas que rodean Valdeorras, concretamente en la zona de Peña Trevinca, existió un pequeño poblado habitado por seres llenos de magia. Ellos cuidaban los montes y los protegían.

Un día, Cosmo, uno de los niños de la aldea, salió a pasear y se adentró, sin darse cuenta, en uno de los bosques. Caminó y caminó felizmente mientras hablaba con los árboles, era uno de los dones que le habían sido concedidos. Ellos le contaban historias del bosque. De repente, le llamó la atención un pequeño abeto que estaba encorvado. Este le explicó que estaba triste ya que se acercaba la Navidad y al ser tan pequeño, no podía ver las luces y adornos que engalanaban las aldeas.

Cosmo le dijo que no debía estar preocupado. Le explicó que cuando alguien quiere algo de verdad, solo tiene que desearlo muy, muy fuerte y así logrará que se cumpla.

El abeto deseó con todas sus fuerzas poder ver las luces de la aldea. Su fuerza interior provocó que un ser sobrenatural de forma indefinida apareciese ante él. No le dijo nada ni realizó ningún gesto, simplemente las ramas del abeto empezaron a brillar. Brillaron hasta el amanecer.

Desde entonces se puede observar a un abeto que sobresale sobre todos los demás en los montes de Trevinca y que cuando llega la Navidad empieza a brillar haciendo del valle de Valdeorras un lugar especial y lleno de paz.

Autor: Daniel Vázquez. 1º ESO B.

 

Un espejo mágico

Cuenta la leyenda que existe un espejo fragmentado en veintitrés trozos, si consigues juntar esos trozos serás enviado a un mundo mágico lleno de felicidad.

Se dice que en un 25 de diciembre, un joven de veintisiete años que vivía en O Barco de Valdeorras logró juntar todas las piezas y fue enviado a una ciudad muy grande y hermosa que parecía haberse hecho con magia.

El joven sin saber qué pasaba fue preguntando por la ciudad llena de seres que jamás había visto como: elfos, duendes e incluso dragones…, era algo sobrenatural.

Pero por alguna razón podía entender lo que decían, cuando preguntó dónde se encontraba todos respondieron lo mismo: “En el mundo de la Navidad Eterna”. El joven estaba muy aturdido.

Al caer la noche todo estaba muy iluminado, las calles bien adornadas, los elfos, duendes y demás criaturas llenaban las calles. Había puestos para todo, para juguetes, comida y mucho más.

En el centro de la ciudad se celebraba un gran banquete al que estaba invitado todo el que se acercara. En las mesas había suculentos platos, la música y el baile lo inundaban todo.

Al día siguiente de la nada apareció un portal, absorbió al joven y lo llevo a su casa, estaba confuso, tanto que miró la mesa y vio un trozo de cristal, era el mismo del espejo.

Se dice que hoy en día el espejo sigue en la casa del joven esperando a un nuevo dueño.

Autora: Sun Ye Yu. 3º ESO B.                                                                

 

 

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